Samy S.Lynn: El mundo de Claudia Cap 1

12:22:00

Relato Breve

Sammy S.Lynn


Nació un caluroso 28 de Julio de 1981 a las 3,15 de la madrugada, y ello parecía una señal, puesto que le gusta mas la luna que el sol, la oscuridad que la luz.
Desde pequeña vio a su madre leer, y ella fue quien la adentró en tan importante afición.
Cuando cumplió 12 años empezó a escribir sus sentimientos, sus miedos, y sus experiencias, aunque estos siempre terminaban en el fuego de la chimenea.
Estudió para técnico en administración y defensa militar.
Con 17 años comenzó a publicar escritos y relatos en blogs y foros a los 20 publico su primer libro “Descubriendo un nuevo mundo” de temática erótica.
Ahora es madre de tres niños a tiempo completo, y escritora a tiempo parcial. En sus ratos libres y en sus noches de insomnio aprovecha para escribir sus historias, sueños y vivencias.

Libros terminados
*Descubriendo un nuevo mundo (en proceso de corrección y re-editación)
*Viviendo en la oscuridad (Saga la balanza)

Libros en proceso
*El Egolatra (Saga los designios del amor)
*La brújula (saga la balanza)
*Shopie Tell
*El mundo de Claudia"

Y ahora si!!! el relato :)

EL MUNDO DE CLAUDIA

Capitulo I

Cuando llegué escuché a Claudia llorar, no era un llanto normal. Eran gritos histéricos de una niña que lleva muchas horas llorando sola. Me di cuenta de que Estefania no estaba, ¿por qué había dejado a la niña sola?
Actué por prioridades, primero mi hija. Fui a ver qué le sucedía. Al llegar, la puerta de la habitación  estaba bloqueada con una silla, la quité, y al entrar lo olí. Claudia se había hecho sus necesidades encima. Su madre la había abandonado allí a saber desde qué hora, y no había sido para avisarme, ¿dónde estaría?
Cogí a Claudia y me la llevé a la bañera. La bañé mientras le contaba un cuento, la sequé con dulzura. Mi hija estaba un poco más tranquila, ahora se veían sus rizos dorados y su cara más limpios, aunque los ojos los seguía teniendo rojos por el llanto. Le puse el pañal y su pijama de princesas, cogí la corona del armario y se la puse.

-Tu eres mi princesa y siempre lo serás.-Le decía mientras intentaba terminar de tranquilizarla, para poder dejarla en su carro y así hacerle el biberón y también mi propia cena.

Cuando conseguí que Claudia se tranquilizara, le preparé lo primero su biberón. No sabía desde que hora no había comido, no sabia dónde estaba Estefania, y mucho menos qué había pasado, así que dándoselo cogí mi móvil y me puse a llamar a mi Novia, pero cuando dio el primer tono, escuché el móvil en la habitación del fondo. 'Que extraño' pensé. Acudí allí sin dejar de llamar, y me encontré el móvil sobre un papel escrito y doblado por la mitad.

“ Me he marchado del país, no me busques, no quiero saber nada de ti, ni de la niña.
Adios
Estefania”

Me quede sin ver la hoja, esto no podía ser cierto, ¿qué iba ha hacer yo solo con la niña? Sí, era mi vida, pero yo trabajaba muchas horas y Claudia tenia 2 años, hasta septiembre no entraba al colegio y para eso quedaban aun dos meses. Mi mente voló al pasado.

La historia se repetía, pero esta vez lo abandonaban a él y a su hija, hacia 25 años su padre los había abandonado a él y a su madre cuando tan solo tenia 6 años, pero esa vez había sido diferente, él había entrado en la habitación mientras su padre y su madre discutían, y al ver que este le levantaba la mano a su madre, Cristian cogió la botella de al lado de la cama y se la lanzó, haciéndole un corte en la cabeza. Su padre se giró  muy enfadado y se dirigió hacia él para darle una buena paliza, pero su madre se puso en medio y le impidió hacerlo. Así que cogió la puerta y se fue, desde entonces no había vuelto a saber de él.

Pero con Estefania era diferente, era una rubia, de ojos verdes con un cuerpo de infarto que hacia que todos los hombres se giraran al pasar por su lado, tenia todo operado, pero era normal ya que era modelo y vivía de su imagen. La conocí hace 4 años, mientras fui a cubrir un reportaje para la revista en la que trabajo, ella estaba allí y yo empece a fotografiarla sonriendo, jugando con su pelo y mordiéndose el labio, me atrajo su belleza. Horas más tardes me la encontré mientras fumaba un cigarrillo.

-Hola, tu eres el paparazzi que me lleva siguiendo toda la noche.
-Sí, ese es mi trabajo, ya que soy fotógrafo y editor de Placeres Prohibidos.
-¿Y yo te parezco un placer prohibido?-Dijo con una sonrisa en sus labios.
-Mas bien un placer inalcanzable.
-¿Seguro?-dijo mientras se acercaba lentamente a Cristian.
-Ummmmm, sí.
-¿En tu casa o en la mía?

Aquella noche fue cuando mi vida empezó a destruirse, ella pensaba que por acostarse conmigo se iba ha hacer famosa. Es verdad que mi revista vendía más de cien millones de ejemplares mensualmente, era una revista europea, aunque la sede central estaba en Valencia, ella lo sabia y pensaba que yo tendría mano para meterla, y realmente hubiera conseguido subir si no se hubiera quedado embarazada, aquella noche. Con mucha suerte, conseguí que no abortara a Claudia, mi bella princesa. Si por ella hubiera sido, se hubiera desecho de ese problema, como ella la llamaba.

Pasó el tiempo, y Estefania siguió trabajando. Conseguí meterla en un par de reportajes y videoclips que promocionaba mi revista. Sabía que me engañaba, pero me daba igual, mi vida era Claudia, sus ojos grises eran los que me hacían seguir luchando aun siendo el hazme reír de la oficina. Todos sabían que mi novia se acostaba con todo lo que tenía una tercera pierna en medio.
El tiempo pasó, y las discusiones aumentaban, me insultaba, y hasta había alguna vez que me agredía, pero yo no quería que Claudia creciera sin madre al igual que yo había crecido sin padre. No podía estar más ciego, era mejor estar solos que con ella.


Un ruido me sacó de mis pensamientos, era Claudia, estaba detrás de mí mirándome con esos preciosos ojos grises que estaban rojos por el llanto.
-¿Papi?
-Hola princesa ¿Estás bien?
-Ti
Sonreí, mientras la cogía, ella era lo mejor de mi vida, realmente era toda mi vida.
-Saldremos de esta ¿Vale?, tu serás la princesa y yo tu caballero protector- Le prometí dándole un beso en la frente.
Ella asintió y se abrazo a mi cuello.
-Te quero papa.
 Se me había quitado el hambre. Mañana sería un largo día, así que cogí a Claudia y me la lleve a dormir a mi cama, ya que su cuarto era ahora un sitio vetado, cada vez que pasaba por delante rehuía y se cogía más fuerte a mi, no la iba a obligar a dormir en un sitio que le daba miedo.






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